lunes, diciembre 18, 2006
domingo, diciembre 17, 2006
La cosa es así : me volví adicta a una serie yanqui. Trato de poder convivir con esto y aceptarlo. En tal caso , si tuviera que pedir ayuda , la aceptaría y luego podría sentirme feliz de haberme recuperado y disfrutar de una nueva etapa viendo cine Iraní.
La serie es Lost, donde un grupo de personas sobrevive a un accidente aéreo y cae en una isla desierta donde deben como formar una especie de "civilización" para subsistir. Y ahí empieza a ponerse terrible porque en esa tribu no falta nada . Tipos que están buenísimos , minas que estan buenísimas, un gordo re obeso que aprovecha la hambruna y trata de adelgazar porque sufre , un paralítico que ni bien cae el avión puede mover las piernas , un adicto a la heroína , y negros que se sienten discriminados por el resto. ES TREMENDO,hasta hay un perro.
Y lo más preocupante es la inocencia propia del espectador. Porque vos la ves a la minita preciosa , con todas las cejas depiladas , el pelo perfecto , sin bigotes , después de tres meses de estar en la isla y decís: ¡¡¡PARÁ HOLLYWOOD!!! Vos y yo sabemos que eso no es verdad.
Si a mi me tiran en la isla , cuando me encuentran no saben si soy hombre , mujer , mono o el genoma humano. Pero uno empieza a fantasear cosas de tipo "por ahi la mina se habia hecho la depilacion definitiva antes del accidente".
Y después pasa otra cosa. Vos vas en un bondi y pensás : si esto fuera un avión y se cae:¿quién ocuparía cada personaje en la isla?. ¿Quién sería el líder, quién la heroína, quién el villano?. Y te hacés toda la pelicula hasta que levantás la vista y lo ves al bondiman rascándose las bolas , a una vieja que te ve a punto de bajar y te pregunta si bajas en la próxima y a un pendejito de cuatro años que disfruta de tirarse pedos. Si lo pensás bien bien es para morirse. Y no tan bien , también.
martes, septiembre 12, 2006
Soy demasiado desordenada. Mi novio se queja de esto seguido y lo define como un comportamiento infantil. Paradojicamente la semana en que se fue de viaje me volví obsesiva con el orden de las medias y las bombachas .Saqué todo del cajón y ordené por colores y tamaños . Muy orgullosa de mi nueva forma de ser ,se lo conté por teléfono.
Cuando llegó del viaje todo volvió a la normalidad caótica . LLevé el tema a terapia diciendo que en vez de desordenada tendría que empezar a pensar que era una boicoteadora. La terapeuta abrió grande los ojos , suspiró y me dijo :"¿Lo dejamos para la sesión siguiente?".
Cuando llegó del viaje todo volvió a la normalidad caótica . LLevé el tema a terapia diciendo que en vez de desordenada tendría que empezar a pensar que era una boicoteadora. La terapeuta abrió grande los ojos , suspiró y me dijo :"¿Lo dejamos para la sesión siguiente?".
Cavado profundo
Mi depiladora se fue del país. Dijo que estaba cansada del olor a cera y que su espíritu , incluídas sus manos , pedían a gritos un cambio. Iba a instalarse con el marido en Nueva Zelanda , porque después de ver "El Señor de los Anillos" se fanatizaron con el lugar. Mientras me contaba de su nuevo emprendimiento supe que en todo este tiempo la había subestimado demasiado.
Después del trabajo busqué un nuevo lugar donde depilarme. Entré con miedo a uno cerca de casa. Me atendió Mirta , la dueña del lugar , una señora de unos 60 años teñida de rojo furioso, muy simpática. Le dije que se parecía a Adriana Aizemberg pero mucho no le gustó.
Antes de pasar al camarín , me ofreció tres tipos de cera. Vegetal , Negra o Miel. Dije que me daba lo mismo , que pusiera la que menos dolía y me dijo: "conmigo es imposible que eso pase" .Al final usamos cera a la miel . Traté de romper el hielo preguntándole si viviá lejos de ahí. Mucho despúes , me dí cuenta que era una pregunta tontísima .
Mirta me contó que había comenzado en el oficio depilando a su madre , que había quedado paralítica. Luego se casa y al poco tiempo el marido la abandona llevándose con él al perro de los dos, un Mastín Napolitano.
Todo era muy triste , incluído el dolor que me producián los tirones de Mirta , exorcisada por el recuerdo del perrito. Yo tambien tengo un perro y se llama Batman dije como pude. No se porque se lo conté pero sentí que debía.
Cuando terminamos , me paré de la camilla para vestirme."¿Viste que no duele nada?". Impresionante dije y no volví nunca más.
Tratando de olvidar el mal momento, me metí en la galería París y ví algunas remeras que zafan para todos los días. La coreana del local me alentaba a comprar haciendo círculos en el aire con las manos . LLevé una.
De vuelta a casa me acordé de la durisima historia de Mirta y lo horrible que es depilarse. También imaginé salir en la tapa de GENTE diciendo "En mi vida,hay un antes y un despues de la tira de cola".
Después del trabajo busqué un nuevo lugar donde depilarme. Entré con miedo a uno cerca de casa. Me atendió Mirta , la dueña del lugar , una señora de unos 60 años teñida de rojo furioso, muy simpática. Le dije que se parecía a Adriana Aizemberg pero mucho no le gustó.
Antes de pasar al camarín , me ofreció tres tipos de cera. Vegetal , Negra o Miel. Dije que me daba lo mismo , que pusiera la que menos dolía y me dijo: "conmigo es imposible que eso pase" .Al final usamos cera a la miel . Traté de romper el hielo preguntándole si viviá lejos de ahí. Mucho despúes , me dí cuenta que era una pregunta tontísima .
Mirta me contó que había comenzado en el oficio depilando a su madre , que había quedado paralítica. Luego se casa y al poco tiempo el marido la abandona llevándose con él al perro de los dos, un Mastín Napolitano.
Todo era muy triste , incluído el dolor que me producián los tirones de Mirta , exorcisada por el recuerdo del perrito. Yo tambien tengo un perro y se llama Batman dije como pude. No se porque se lo conté pero sentí que debía.
Cuando terminamos , me paré de la camilla para vestirme."¿Viste que no duele nada?". Impresionante dije y no volví nunca más.
Tratando de olvidar el mal momento, me metí en la galería París y ví algunas remeras que zafan para todos los días. La coreana del local me alentaba a comprar haciendo círculos en el aire con las manos . LLevé una.
De vuelta a casa me acordé de la durisima historia de Mirta y lo horrible que es depilarse. También imaginé salir en la tapa de GENTE diciendo "En mi vida,hay un antes y un despues de la tira de cola".
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